«Perder su sonrisa es como perder una mano»

Hice mi especialidad en NYU, hace 15 años. En ese momento, algunos de mis mentores ya estaban preocupados por los rasgos faciales para mejorar los resultados de sus tratamientos dentales. Así que decidí dar un paso adelante y empezar a estudiar la estética de la nariz, los labios y la barbilla, y cómo afectan a nuestra sonrisa.

Terminé mi Doctorado en Estética Facial hace 5 años. Esas investigaciones están ahora publicadas en libros y revistas internacionales. Mientras investigaba, toda la gente me preguntaba “¿por qué estudias la nariz y los labios si eres dentista?” Y siempre respondía que hay que ser consecuente con el marco que envuelve nuestra sonrisa, la cara. No puedes tratarlos por separado, porque si no, nunca obtendremos un resultado natural.