Periimplantitis ¿Qué es? ¿Tiene tratamiento?

Los procedimientos con implantes dentales son, hoy en día, una de las soluciones más seguras y efectivas para rehabilitar la cavidad oral cuando se ha producido la pérdida de una o varias piezas dentales.

Según los últimos datos de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración, los tratamientos con estos pequeños dispositivos son cada vez más predecibles, seguros, estéticos y duraderos. No obstante, no se encuentran libres de que, tras la intervención, se produzcan algunas complicaciones a nivel oral.

¿Qué es la periimplantitis?

La periimplantitis es un proceso inflamatorio que afecta a los tejidos que rodean al implante dental y que, al mismo tiempo, provoca una pérdida ósea en el área del implante.

Existen dos tipos de enfermedades periimplantarias:

  • Periimplantitis: se produce una inflamación de los tejidos existentes alrededor del implante. Esto, produce una pérdida de hueso que es grave, porque pone en peligro la estabilidad del implante.
  • Mucositis periimplantaria: se produce cuando hay una inflamación de los tejidos blandos y mucosas que rodean al implante, pero sin que llegue a afectar al hueso. Este es el estado inicial de la infección y, de no corregirse a tiempo, puede agravarse.

Los últimos estudios profesionales al respecto destacan que un 40% presenta mucositis periimplantaria. Pero, al igual que con la gingivitis, si se aplica el tratamiento adecuado y, sobre todo, si se diagnostica a tiempo, no debe suponer demasiadas molestias, ya que es un problema transitorio y que se puede curar.

Por otra parte, alrededor del 20% de la población muestra periimplantitis, se trata de un caso más grave que de no ser tratado produce la pérdida final del implante.

Síntomas de las enfermedades periimplantarias:

La sintomatología periimplantaria es, sin duda, muy similar a los indicios que alertan del desarrollo de periodontitis en los dientes naturales de un paciente:

  • Inflamación y enrojecimiento de la mucosa periimplantaria.
  • En ocasiones, sangrado durante el sondaje periodontal, esto es, durante la evaluación de los tejidos gingivales. Mediante este examen, el periodoncista puede determinar el grado de afectación y daño de las encías y del hueso que da soporte al implante. Así, el sondaje posibilita el conocimiento de la distancia desde el margen gingival hasta la base del saco periodontal y de la presencia de placa bacteriana o sarro. La periimplantitis supone un aumento de la profundidad de la bolsa periimplantaria.
  • Ciertas molestias al apretar los dientes.
  • En ciertos casos, supuración purulenta.
  • Pérdida de masa ósea, perceptible en las pruebas radiológicas (Síntomas propios de la Periimplantistis).
  • Movilidad del implante, en situaciones en las que la enfermedad se presenta en un estado avanzado de desarrollo (Síntomas propios de la Periimplantistis).

En todo caso, es importante que, ante cualquiera de estos síntomas, el paciente acuda de forma inmediata a una consulta con el dentista. Sin embargo, en un primer momento, es frecuente que la enfermedad pueda pasar desapercibida.

Causas de la periimplantitis

Existen diversos factores que pueden derivar en la aparición de periimplantitis. Algunos son ajenos al paciente y otros derivan de su estado de salud o son consecuencia de otras enfermedades. Las principales causas son:

  • Enfermedades periodontales previas: Hay perfiles de pacientes con tendencia al desarrollo de enfermedades periodontales por causas incluso ajenas a sus hábitos de higiene: la estructura y morfología de sus dientes pueden propiciar la acumulación de placa. Si eras propenso al desarrollo de problemas gingivales antes de colocarte los implantes, tienes un mayor porcentaje de padecer periimplantitis. En este caso, es muy recomendable extremar la limpieza y el cuidado de tu boca en todo momento, además de visitar a tu dentista regularmente.
  • Mala o insuficiente higiene bucal: Esta es una de las cuestiones que más influye en la aparición de la periimplantitis, como pasa con el resto de infecciones gingivales. Para evitarla, lo más importante es mantener una buena higiene diaria, cepillarse correctamente usando incluso productos y herramientas especiales para personas implantadas y acompañarla de un tratamiento de profilaxis en una clínica dental cada 4 o 6 meses. Como ya sabes, la prevención es la mejor forma de mantener a raya cualquier tipo de infección en la cavidad bucal.
  • Exceso en el consumo de alcohol y tabaquismo: estos hábitos son otro de los principales factores que pueden multiplicar la proliferación de infecciones en la boca.
  • Mala instalación del implante: Siempre te aconsejamos que acudas a un experto a la hora de realizarte cualquier tratamiento dental que requiera un mínimo de complejidad. Seguir esta pauta es fundamental, ya que, una mala colocación del implante es un importantísimo factor de riesgo para la aparición de periimplantitis. La única forma de estar a salvo de esta cuestión es instalarte siempre implantes dentales de primera calidad y tener muy en cuenta la especialización del implantólogo en cuyas manos te pones.
  • La Diabetes: esta enfermedad puede influir en la aparición de enfermedades periimplantarias. Las lesiones en el hueso que rodea a los implantes que producen las bacterias de la infección no se regeneran igual en los pacientes con esta enfermad debido a sus altos niveles de glucosa en sangre. 

¿En qué problemas puede derivar la periimplantitis?

Las personas que padecen periimplantitis suelen aquejarse de lo siguiente:

  • Sangrado constante de las encías. Ocurre sobre todo si no se trata a tiempo. En la primera fase de la infección, el sangrado aparece durante el cepillado o cuando se come. En un estadio superior, pasará de ser puntual a bastante más frecuente, incluso puede ocurrir en cualquier momento del día.
  • Movilidad de la prótesis. Las bacterias que provocan la mucositis y la periimplantitis dañan el tejido de la encía que rodea la pieza del implante: así, lo deterioran de manera progresiva, provocando en un estadio muy avanzado que los implantes lleguen a moverse o caerse.
  • Pérdida del hueso. Si la perimplantitis se agrava, puede afectar también a los dientes naturales ubicados alrededor del implante.

¿Cómo solucionarlos?

El primer paso a seguir si tienes o crees que tienes una periimplantitis es acudir a la consulta del implantólogo. Allí, se te hará una revisión completa y, al menos mientras sea posible, se te aplicaran todos los tratamientos necesarios para su erradicación y así tratar de evitar la retirada del implante.

Ya en consulta, se dan las pautas para reforzar la rutina de higiene en casa y se modifica la prótesis, en el caso de que su diseño impida una limpieza habitual correcta. Después se eliminan la placa o sarro, supra o subgingival, que el paciente no puede eliminar a través de una limpieza en profundidad.

Si el diagnóstico es una mucositis (la fase inicial) el problema se suele resolver. Si ya se ha avanzado a una periimplantitis, a todo lo anterior hay que sumar un tratamiento quirúrgico que consiste en:

  • Retirada del tejido de granulación. Se realiza para permitir el acceso a la superficie del implante (donde reside el origen del problema).
  • Raspado subgingival. Instrumentación del implante de la forma más respetuosa posible, para mantener sus características y facilitar la reinserción o regeneración del tejido. Con esta práctica se elimina la placa bacteriana adherida a la superficie del implante.
  • En función del daño que la infección haya causado, el procedimiento será respectivo o regenerativo. En el primero se remodelará la encía y el hueso y los tejidos se recolocan para eliminar las bolsas que la infección haya provocado. Así se logra acabar con la infección y, además, se facilita la higiene al paciente y el mantenimiento al profesional a medio y largo plazo.
  • Si el defecto por su morfología lo permitiera, lo ideal sería aplicar un tratamiento regenerativo para que mediante injertos óseos y biomateriales se puedan recuperar los tejidos perdidos.

Consejos para prevenir la periimplantitis

Aunque no existen unas pautas definitivas que erradiquen la posibilidad de que aparezca la periimplantitis, sí que hay unos consejos que reducen su aparición a la mínima expresión. Son los siguientes:

  • Cuida al máximo tu higiene dental: cepillarse correctamente y usar enjuagues, junto al hilo dental, son las principales rutinas a seguir en casa diariamente para evitar esta enfermedad.
  • Evita el consumo de tabaco y alcohol: acaba con los malos hábitos o redúcelos a la mínima expresión. Como te hemos comentado ya, está más que demostrado por los expertos que los fumadores son más propensos a padecer periimplantitis. El humo del tabaco produce irritación en los tejidos, disminuye el aporte sanguíneo, retrasa la cicatrización y aumenta el riesgo de infección. También el alcohol es un gran amigo de la aparición de placa bacteriana y, con ella, las enfermedades infecciosas.
  • Programa limpiezas bucodentales: es importantísimo que, de manera periódica, te hagas limpiezas profesionales. Acude siempre a una clínica especializada. Si las revisiones y limpiezas se hacen de la mano de un profesional, la proliferación de bacterias, sarro y demás elementos dañinos se retrasan enormemente.
  • Elige un implantólogo experto: Este es el principal consejo que te vamos a dar siempre a la hora de colocarte implantes. En manos de un profesional especializado con años de experiencia, se reduce enormemente el riesgo de padecer periimplantitis por una mala colocación de los mismos. Y es que, es el implantólogo profesional quien evaluará si el hueso que soporta el implante reúne las condiciones necesarias para una correcta osteointegración. También es el responsable de practicar la mejor técnica de colocación de implantes en función de la morfología y necesidades de cada paciente, siempre tratando de evitar complicaciones posteriores.
Escanea el código